Sin
duda el mejor buceo en Tailandia. La característica principal del buceo aquí es
la influencia del monzón de los Himalayas, por tanto encontramos que hay una
época en la que por una visibilidad deficiente y por la mala mar no es
aconsejable el buceo en el Mar de Andaman. Esta época va desde mayo a
noviembre. Además, las Similan se declararon parque nacional, y toda actividad
de buceo esta prohibida en esta época, con lo que se consigue suavizar la
presión humana sobre este entorno.
Otra
de las características de esta zona es el buceo sobre bloques de granito por el
origen geológico de las islas. Normalmente estamos acostumbrados a un sustrato
calcáreo en donde se desarrolla el coral, pues bien en Similan el sustrato es
granítico lo cual no es mejor ni peor sino simplemente diferente.
Normalmente
un crucero de buceo por esta zona, opción recomendable ya que es muy largo
llegar a las islas en excursiones de día, se incluye buceo en el archipiélago
de Similan, las islas de Koh Bon y Koh Tachai y el bajo llamado Richelieu Rock.
También
debido a la orografía de las islas es muy frecuente encontrarse con corrientes
por lo que se requiere cierta experiencia, sin embargo ya se sabe que cuando
hay corrientes hay acción, por tanto es muy frecuente el avistamiento de
especies pelágicas como grandes cardúmenes de carángidos y barracudas. También
es frecuente el buceo con mantas, y se reportan avistamientos de tiburones
ballena en Richelieu Rock.
Esta
bajo en forma de herradura que solo aflora a la superficie con mareas muy bajos
merece una atención especial. En primer lugar su nombre, hay varias teorías
sobre porque pusieron este nombre de Cardenal a esta roca, la más probable
cuenta que un misionero francés muy aficionado a la pesca fue informado de un
lugar en la que esta era excepcional. El cura pescador frecuentaba este lugar
de una forma un tanto secreta consiguiendo fantásticas capturas. Pero una vez
que se sumergió con una máscara de buceo, al contemplar como estaba tapizada la
roca con una abundancia de alcionarios de color púrpura le recordó a la capa
del cardenal y desde entonces usaba el nombre de Richelieu Rock para referirse
a este lugar. La verdad es que es espectacular abundancia de corales blandos y
de vida que congrega este sitio. Vale la pena más de una buceada no solo por su
paisaje, sino por su imán a los pelágicos y la abundancia de vida pequeña.
Atención a una especie de peces payaso endémica del Mar de Andaman, el “potato
clown fish”, tan nerviosa como sus primos pero de un rojo muy intenso. El
crucero se completa con una par de pecios cercanos a la costa, regreso ya al
puerto de embarque. Con la mochila de las bonitas memorias ya llena, es hora de
planear la siguiente escapada.
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