Hace ya algunos años, me encontraba en Maratua, y en el resort ví una foto de un pez que se parecía mucho a un mandarín, pero con colores diferentes. Este era verde, con anillos rojos. En el resort me dijeron que era el ultimo capricho de los japoneses, que se volvían locos por una foto de este bicho. También me dijeron que en el arrecife de en frente del resort se podía encontrar. Evidentemente no lo pillé. Me dijeron que se llamaba "Picturesque Dragonet" y que era muy raro de ver, solo para fanáticos.
Pasaron los años y me acordaba de la historia, localizaba el dichoso pez en las guías pero jamás bajo el agua. Cada vez que comentaba a un guía el tema, le sonaba a muy raro. Pasaron buenas experiencias con el "mandarín fish" en varios lugares, diferentes posiciones, pero siempre con el mismo patrón: justo al atardecer en un arrecife de coral duro normalmente "cuerno de alce", y con mucho sigilo se veía a los mandarines revolotear y aparearse. Del dragonet ni rastro.
Pero va a resultar que en uno de los últimos viajes, un guía me promete fotos del mandarín a la luz del día, y le digo que no puede ser, que hay que esperar al atardecer y él insiste que es posible, y yo que no. En fin, nos metemos al agua, y justo a final de la inmersión y a poca profundidad entre una maraña de puas de erizo de mar, aparece el Picturesque Dragonet, no uno sino varios, vaya emoción !! Casi se me cae el regulador de la boca. Después de la primera impresión, manos a la obra, hay que inmortalizar el momento y añadir una foto más a la colección. Lo mismo que el mandarin, no para quieto un momento, se esconde, se mete en los recovecos, no hay manera de enfocar, pero la ocasión lo merece, todo el tiempo del mundo y por fín de entre todas las fotos hay algunas que valen la pena. Ha caído un mito, el dichoso pez, existe y lo tengo, y la emoción que sentí en esta inmersión no se olvidará mientras viva.
Pasaron los años y me acordaba de la historia, localizaba el dichoso pez en las guías pero jamás bajo el agua. Cada vez que comentaba a un guía el tema, le sonaba a muy raro. Pasaron buenas experiencias con el "mandarín fish" en varios lugares, diferentes posiciones, pero siempre con el mismo patrón: justo al atardecer en un arrecife de coral duro normalmente "cuerno de alce", y con mucho sigilo se veía a los mandarines revolotear y aparearse. Del dragonet ni rastro.
Pero va a resultar que en uno de los últimos viajes, un guía me promete fotos del mandarín a la luz del día, y le digo que no puede ser, que hay que esperar al atardecer y él insiste que es posible, y yo que no. En fin, nos metemos al agua, y justo a final de la inmersión y a poca profundidad entre una maraña de puas de erizo de mar, aparece el Picturesque Dragonet, no uno sino varios, vaya emoción !! Casi se me cae el regulador de la boca. Después de la primera impresión, manos a la obra, hay que inmortalizar el momento y añadir una foto más a la colección. Lo mismo que el mandarin, no para quieto un momento, se esconde, se mete en los recovecos, no hay manera de enfocar, pero la ocasión lo merece, todo el tiempo del mundo y por fín de entre todas las fotos hay algunas que valen la pena. Ha caído un mito, el dichoso pez, existe y lo tengo, y la emoción que sentí en esta inmersión no se olvidará mientras viva.
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